Sé si tengo vocación, si ha habido, al menos, una insinuación de
encuentro creyente con Jesús, si siento el atractivo de seguirlo, si hay datos
exteriores e históricos que avalan y posibilitan la opción, si hay fuerza y
capacidad para realizar lo que presiento como llamada.
"El Señor se fió de
mí, me hizo capaz y me confió este ministerio" (Pablo)