En
las horas de esfuerzo y en las de descanso..., para los días de problemas y también
para los de fiesta... que sepamos que
estás ahí, y que sepamos que tu vida junto a la nuestra quiere ser horas y
caminos, sueños compartidos.
Escucha al que llama,
grita, pide y da. Que te impliques y compliques con las personas, con sus
esfuerzos y con sus dudas. Que cuando te
pidan digas “sí”, cuando te busquen puedan hallarte; cuando te necesiten estés
ahí. Es
un poco la raíz de la vida, el saberte parte del horizonte de los otros.