“Los hermanos no tenga dominio, y menos entre ellos. Pues, como dice
el Señor en el Evangelio, los príncipes de los pueblos se enseñorean de ellos y
los que son mayores ejercen el poder en ellos; no será así entre los hermanos;
y todo el que quiera hacerse mayor entre ellos, sea su ministro y siervo y el
que es mayor entre ellos, hágase menor”
(Francisco de Asís)
La
minoridad es un estilo de vida, un modo
de ser y de situarse ante la vida y la creación, ante uno mismo, ante los demás
y ante Dios.
La minoridad
franciscana, que brota de la mirada amorosa a Jesús, el siervo y servidor,
consiste en optar y saber mantenerse en esa actitud de servicio desde abajo y a
los de abajo, sin juzgar nunca a nadie, libres del ansia del sobresalir, del
tener y del poder.
Esa fue la
apuesta lúcida y decidida de Francisco en un contexto social de ambición y
poder, y esa sigue siendo la propuesta franciscana hoy para poder salir de ese
cerco diabólico hecho de una ambición que lo traga todo, de esa adicción a
tener y sobresalir y de esa ansia de poder que nos aprisiona hoy.