El Señor te bendiga.
Yo Francisco de Asís te digo,
como puedo, que todo aquello que te impide amar al Señor Dios, y quienquiera
que sea para ti un impedimento, trátese de quien se trate y de lo que se trate,
debes tenerlo todo por gracia. Y
así lo quieras y no otra cosa. (...) Y
ama a aquellos que te hacen esto. Y
no quieras de ellos otra cosa, sino cuanto el Señor te dé. Y ámalos en esto; y no quieras que
sean mejores cristianos.
Y en esto quiero conocer si tú
amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo, si hicieras esto, a saber, que no
haya hermano alguno en el mundo que haya hecho todo el mal que haya podido,
que, después que haya visto tus ojos, no se marche jamás sin tu misericordia,
si pide misericordia. Y si mil
veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para
que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos. (Francisco de Asís)
Consentir a lo que nos da la vida, aceptar y ahí amar, reconciliarse ... misericordia con uno mismo y con el
hermano... es la propuesta de Francisco para la paz.
San Ambrosio, obispo de Milán dijo en el siglo IV: Comenzad en vosotros mismos la obra de la
paz de tal manera que una vez pacificados, podáis aportar la paz a los demás. Para
conseguir una sociedad reconciliada,
cada uno en nosotros tendremos que comenzar en nosotros mismos la obra de la
paz.