CONVIERTETE…Crece,
asume lo difícil que viene como parte en este momento de la vida. Ama… Aprende a mirar
un poco más allá del horizonte habitual, para no quedar atrapado en jaulas de
oro, y atrévete a soñar en un
mundo mejor.
Acepta que, para
todo lo anterior, no eres tú el que está en el control, sino Dios quien, dentro
de ti, alienta esa conversión.