1 nov 2015

SOMOS INCREIBLES!...


   Somos increíbles!. Cuando conseguimos algo, queremos lo siguiente. Nunca es suficiente. Gastamos la vida en llegar un poco más allá de lo que somos, podemos o vivimos. Pero allí donde centramos la vida, en ese mismo lugar, vivimos la angustia de todo lo que nos falta, de todo lo que no alcanzamos.

    Queremos solucionar los males del mundo, o arreglar los problemas más cercanos, queremos abarcarlo todo, y en ocasiones nos sentimos con fuerza creyendo que lo podemos todo. Tanto afán, tanta lucha, tanta pretensión nos hacen sentirnos vivos, pero con el tiempo la sensación de límite se impone...

       Si la vida es tan corta y tan pequeña ¿Tiene sentido entregarla para los otros, sufrir con los otros?...¿Sirve para algo  que nos  duela el sufrimiento de las personas, si lo que podemos hacer es tan poco?...

       Hay que aprender a descansar también de nuestras grandes pretensiones poniéndonos en manos de Aquel que nos ama incondicionalmente. Y así saber que “la esperanza es la seguridad de que tiene sentido lo que hacemos sin preocuparnos de los resultados”. Aprender a centrar la lucha diaria en la más alta esperanza, desde la más modesta pretensión.

        Si no centramos la vida en lo que de verdad importa, acaba doliéndonos todo.  Hay que seguir, hacer lo que podemos, lo que debemos, sabiendo que nada está en nuestras manos. La confianza en el amor insondable de Dios nos libera de la ansiedad y la angustia de nuestras pretensiones.