"Tampoco yo te condeno" (Jn 8,11) Es la manera
de Jesús: de amar y mirar a los demás, de mirarnos y amarnos a nosotros mismos.
En ello nos va la vida y no escatima esfuerzos, se ha dado a sí mismo para que
vivamos a tope.
Nos sana y salva a nosotros y de nosotros.
Dios sigue creyendo en nosotros:
- Donde nosotros somos duros jueces de nuestra propia vida, Él
sigue alentando esperanza.
- Donde nosotros dejamos de creer en nosotros mismos, Dios sigue
teniendo fe en nosotros.
- Donde nos miramos con desprecio, Dios nos abraza con ternura.
Buen camino a Pascua!