29 jun 2017

LOS ROSTROS DE LA MISERICORDIA

     
    LOS ROSTROS DE LA MISERICORDIA es el sugerente título del nuevo libro que acabamos de publicar en la Colección Minor (nº 15).

Nacido de la mano y, sobre todo, del corazón de Fr. Francisco Castro Miramontes, hermano franciscano de la Provincia de Santiago (España), a lo largo de sus páginas nos va desgranando los rostros franciscanos de la misericordia. 

Francisco de Asís es el hombre reconciliado y reconciliador. El hombre que sale a los caminos de la vida para acoger, de manera especialmente entrañable a los últimos, a los no amados, a los marginados..., simbolizando esa acogida total en el beso al hermano leproso, que supuso para el propio Francisco su conversión definitiva, su cambio radical. Para él, la fraternidad y la misericordia son dos términos correlativos. La fraternidad nace de sabernos hijos de Dios; por tanto, cualquier persona es, ante todo, un hermano a quien amar. Por eso la misericordia abraza el corazón del franciscanismo siendo así una de sus razones de ser: 


“Estar en el mundo para proclamar, antes con la vida misma que con las palabras, el Amor de Dios a toda criatura, un amor que es, debido a nuestra fragilidad, pura misericordia que cura heridas del alma, y nos fortalece para seguir adelante pese a nuestra fragilidad”.

Estos son los rostros franciscanos de la misericordia: la Hospitalidad que acoge; la Fraternidad que abraza; la Compasión que nos sensibiliza; el Compromiso que nos lleva a transformar el mundo; la Solidaridad que apoya al frágil; la Esperanza que despierta ideales; la Amabilidad que dulcifica las relaciones; la Paz que sobreviene tras las luchas; la Reconciliación que es fruto de la humildad; la Bondad que nos lleva a practicar el bien; Dios, esencia de la vida.

No son necesarios grandes gestos, son los pequeños detalles de cada día: una sonrisa, una palabra de aliento, escuchar con cariño, visitar o acompañar a tantas personas que están o se sienten solas... Francisco Castro Miramontes, haciéndonos partícipes de su pensar, de su sentir y de su actuar en la vida nos quiere mostrar que:

“Los rostros franciscanos de la misericordia son los pequeños gestos que resultan ser los verdaderos desencadenantes de grandes hechos que cambian el perfil de una sociedad constituida por seres humanos que cambian el mundo”.