“El Evangelio nos invita a rechazar la idolatría del éxito y del
poder (…). La semilla del Reino, aunque pequeña, invisible y tal vez
insignificante, crece silenciosamente gracias a la obra incesante de Dios (Mc
4, 26-27). Esta es nuestra principal confianza: Dios supera nuestras expectativas
y nos sorprende con su generosidad, haciendo germinar los frutos de nuestro
trabajo más allá de lo que se puede esperar de la eficiencia humana”.
(Mensaje
del Papa Francisco en la 54 Jornada Mundial de oración por las vocaciones)