El
franciscanismo y la vida clariana en particular puede ser un aportación real y
actual para muchas personas, creyentes y también no creyentes.
1. Jesús el centro de la vida. Llamados a ser expresión del amor
desmedido de Dios, a identificarnos con Jesús amando hasta el extremo en la
cruz, donde sólo queda amar.
2. Nos invita a ser colaboradores y cocreadores con el
Padre en nuestros entornos. Ser
herman@s.
3. La sabiduría de leer el momento como gracia.
La sabiduría de la pobreza.
4. A Clara le costó llegar a S. Damián.
Clara y Francisco están en continua
búsqueda. Todos buscamos plenitud. Llevamos la herida de “más
plenitud”. Esto nos empuja a caminar. En
lenguaje franciscano: “Somos peregrinos”.
5. Uno de los rasgos de su
vocación es ser espejo del callado amor
de Dios, de su paciente espera, de su dar la vida sin ser notado, de su
oferta de diálogo constante en entera libertad. Sostenedoras de los miembros
vacilantes de la Iglesia.