La vida es un
camino de búsqueda y escucha. La pregunta no es: ¿qué quiero hacer o qué tengo
que hacer con mi vida?, sino que la pregunta nace de un diálogo: Señor ¿qué
quieres que haga?.
Y la respuesta no viene
por la proyección de mis deseos ni la evaluación de mis capacidades sino que la
respuesta se recibe en la escucha atenta.